La habilidad del club madridista para cohabitar con el poder, fuera del signo que fuera, lo llevó a ser el más monárquico en tiempos alfonsinos, el más republicano después y el más franquista en la posguerra. Resulta complejo ligar el colchonerismo a la política de un signo u otro. Las laderas de la sierra de Guadarrama están cubiertas de densos bosques de pino silvestre y melojo. El mismo lugar del que Jesús Gil dijo que «cumple en democracia la función de las cacerías de Franco en la dictadura».