En los años posteriores el club logró ascender de forma consecutiva hasta debutar en primera división en 1943, temporada en la que bajó la dirección de Ramón Esnal se ubicó en la tercera posición. Nada más comenzar la segunda mitad, Campos se filtró entre la línea media del Oviedo y disparó de forma inalcanzable para el meta, poniendo el tercer gol en el marcador, que sería el definitivo. Su debut en competencias oficiales aconteció en 1940, año en el que ingresó a la cuarta división de ascenso del baloncesto uruguayo.