1984: Alcanza las semifinales del octogonal de ascenso de Primera B. En dicha instancia enfrenta a Racing Club en una serie de dos partidos en cancha neutral. Es así como Lanús, nuevamente perjudicado por un fallo arbitral, pierde la serie y la oportunidad de volver a Primera. Los jugadores de Racing arrojan sus camisetas a la tribuna y el árbitro utiliza esto como excusa para no revertir la decisión. Entonces el árbitro Emilio Misic da el pitazo final erróneamente cuando faltaban cinco minutos para que se cumpla el tiempo reglamentario.