Es imposible destacar a tan sólo unos pocos hombres dentro de este Atlético campeón. El Atlético del Cholo. Jugando solo en punta, pegándose con todos, ofreciéndose, cayendo a banda, presionando, peleando cada balón, encarando a dos, tres defensas, sin tener a nadie cerca. Por eso es la octava maravilla de Simeone, por eso nada sería lo mismo sin el argentino, el auténtico ideólogo de un equipo de autor. El presidente era el irlandés Edward Cordner, máxima autoridad entre 1902 y 1911, un agente de seguros y miembro destacado de la comunidad anglófila, ya que fue uno de los gestores de la parcela para disidentes en el cementerio y participó de la comisión que compró los terrenos para la construcción de la iglesia.